Edward Bach
1ª parte
Edward Bach nació el 24 de septiembre de 1886, en Moseley, una pequeña villa en las afueras de Birmingham, Inglaterra.
Fue un hombre que cabalgo entre dos
mundos en el siglo XIX y el siglo XX de descendencia galesa celta druídico todo esto repercute en su
visión de la naturaleza le influye muchísimo, en su infancia Bach iba mucho al
campo era un muchacho intuitivo y le encantaba pasear entre los pájaros los
árboles y las flores, era la época
de la revolución industrial.
de la revolución industrial.
Tras acabar su formación escolar
empezó a trabajar en la fundición de
metal de su padre, sin embargo no lograba adaptarse, a pesar de todo en aquel
contexto industrial, encontró una inspiración muy diferente, Edward Bach era un
perspicaz observador de las emociones y vio como afectaban las enfermedades a
los trabajadores, los niños trabajando, el miedo a la enfermedad era tan
importante como la propia enfermedad pues un hombre enfermo no podía trabajar y
tampoco pagar facturas medicas de importes desorbitados, además los remedios
administrados no hacían más que ocultar los síntomas; finalmente explico a su
padre que quería estudiar medicina.
En 1906, con 20 años empezó sus
estudios de Medicina en la Universidad de Birmingham
Luego se trasladó a Londres, y
completó sus estudios médicos en el Hospital del Colegio Universitario
(University College Hospital) obtuvo
varios títulos académicos, dos licenciaturas y luego agrega otro título académico:
Diplomado en Salud Pública extendido por la Universidad de Cambridge en 1914.
También ejercía como Cirujano
Residente para Accidentes en otra institución sanitaria
Para 1915 comenzó a trabajar
nuevamente en el Hospital del Colegio Universitario como Bacteriólogo
Asistente, desarrolla una larga investigación en la terapéutica con vacunas
útiles para el tratamiento de enfermedades crónicas.
También daba clases de
Bacteriología; y en 1916 fue nombrado Director del Departamento de
Bacteriología.
En julio de 1917 tuvo que ser
operado con urgencia, que hizo temer por su vida.
E. Bach estuvo inconsciente
durante varios días y según citan textualmente sus biógrafos le diagnosticaron
una grave enfermedad de difícil definición que se «removía» dentro de él. (Cáncer
de páncreas)
Sufrió indecibles dolores en una
agonía que duró varios meses; pensando siempre que necesitaba más tiempo para
vivir y ayudar a los que sufrían.
Apenas pudo acudir al laboratorio
del hospital; siguió investigando, pues sus colegas le anunciaron que sólo le
restaban tres meses de vida.
Decidió avanzar sus trabajos, ya
que su tiempo parecía ser breve, pero la determinación, la entrega a los otros,
la voluntad de seguir en la misión que era el propósito de su vida obraron el
milagro de la recuperación. E. Bach estaba convencido de que no hay obstáculos
cuando una persona manifiesta amor, interés y un propósito definitivo en la
vida.
En 1918, durante una epidemia de
«influenza», inyectó a los soldados del ejército de Gran Bretaña una vacuna que
él había inventado, salvando miles de vidas a estos soldados y a otros
extranjeros.
Pero este método de las vacunas
inyectables le parecía muy agresivo y pasó a usar sus vacunas por vía oral.
Entre 1919 y 1922 prosigue sus
estudios basándose en el tratado de homeopatía de Hahnemann, analizando las
coincidencias entre este método y sus ideas de tratar al paciente y no a la
enfermedad, viendo que son los síntomas mentales lo importante.
Su celebridad como médico y su
fama de calidad humana iban en aumento.
Observaba a las personas que le
rodeaban en comidas a las que era invitado, estableciendo tipos o familias por
comportamientos exteriores, tales como la manera de hablar o moverse, pensando
que entre ellos formaban grupos o categorías que responderían de igual forma
ante los tratamientos para diversas enfermedades.
En la foto se puede observar el centro de Edward Bach en Mount Vernon,
Inglaterra donde vivió.
Había tomado la decisión de dejar
Londres, abandonar la logia masónica a la que pertenecía y adentrarse en los
bosques que siempre había añorado.
En septiembre de 1928 viajo
finalmente al país de Gales, de donde provenía su familia de tradición celta,
buscando en la naturaleza que tanto amaba los remedios procedentes de los
árboles y las plantas, pues intuía que encontraría similares condiciones de
vibración que lo encontrado en sus vacunas.
A los 43 años siguió por fin los
dictados de su sabiduría interior y partió rejuvenecido y lleno de alegría,
olvidando la maleta en la que llevaba sus útiles de laboratorio y cargando sólo
con la ropa y zapatos que serían en realidad sus instrumentos para la tarea de
investigación.
Así fue encontrando, según sus
estados anímicos, las flores que curaban la desconfianza, el exceso de
preocupación, el pánico, la duda, los celos, la inseguridad...
Se dice de él que su sensibilidad
enorme le permitía sentir las propiedades de los remedios al acercárselos a los
labios; Bach consideraba la curación como un don divino y se entregó por
entero, ayudado por contribuciones y regalos de amigos.
Siempre encontraba lo suficiente
y así descubrió los treinta y ocho remedios que obedecían a las pautas
deseadas:
*) no serían agresivos;
*) el efecto sería amable y
seguro;
*) producirían la curación del
cuerpo y de la mente;
*) no causarían dolor.
Con estas mismas connotaciones se
seguiría también el proceso de elaboración.
Con su mentalidad y formación
científica estudió las especies vegetales del entorno, viendo su momento de
floración, número de pétalos, terreno en el que crecían, colores, semillas,
raíces, si crecían junto a las montañas, a los ríos. ..
Bach gustaba de leer las
signaturas que Paracelso había desarrollado en el siglo XVI, elaborando así la
ley de similitudes que vendría a acercar el plano de la forma a los planos del
pensamiento, reunificando personalidad y alma.
Las signaturas son los indicios
puestos por la mente creadora en las formas de los vegetales, cuyos paralelismos
han llevado a la aplicación terapéutica; de este modo la impatiens, cuyas
semillas saltan al menor toque, curarían la prisa, la impaciencia.
Bach comprobó que las flores eran
las partes de la planta con mayor energía vibracional, allí en la corola estarían
contenidos los principios de mayor potencial curativo.
El SOL actuaba como revitalizador
y fuente de energía, así, paso a paso, llegó a completar el método de
recolección del rocío sobre los pétalos de las flores, viendo la diferencia
entre las que estaban al sol y las que crecían en la sombra.
Bach llegó al proceso de
elaboración que se mantiene hasta nuestros días. Este método consistía en el
almacenamiento de la energía de las corolas sobre un recipiente con agua
cristalina, exponiéndolo al sol durante unas horas y conservando luego en
pequeñas botellas esta agua con brandy biológico.
El motivo para utilizar el brandy
era, en primer lugar, para preservar la pureza del preparado, habiendo elegido
Bach este producto por ser la vid uno de los treinta y ocho remedios,
manifestando así una afinidad vibracional con el conjunto.
"La enfermedad es un
conflicto entre el ego y la conciencia que produce desórdenes de los sistemas y
tejidos orgánicos.
Ese conflicto surge porque al
dejar de interrelacionarse con uno mismo y con aquello que nos rodea y
perdiendo el norte y por lo tanto perdiendo la conciencia. "
La Curación: Bach, al igual que
Paracelso o Hahnemann, afirmó que si los aspectos mental y espiritual se
encuentran en armonía, la enfermedad no puede existir y que se puede juzgar la
salud a partir de la felicidad.
El Dr. Bach defendió que la
enfermedad no se genera en un plano físico, sino que viene de más arriba y que
surge si existe conflicto entre el ego y la conciencia.
La finalidad de la enfermedad es
hacer tomar conciencia de los errores para no llevar demasiado lejos las
actitudes equivocadas de modo que habría que entender a la enfermedad, ni más
ni menos que como a "un toque de atención".
Las enfermedades del cuerpo son
síntomas.
Tal como decía Bach
"nuestros temores, nuestras aprehensiones, nuestras ansiedades y demás son
los que abren la puerta a la invasión de la enfermedad".
La curación o la prevención de la
enfermedad consistirían en la disolución de estos conflictos entre el ego y la
conciencia que dan lugar a los errores fundamentales o defectos.
Estos errores fundamentales son:
- La ignorancia - El egoísmo - La
inestabilidad - El odio - La crueldad - El orgullo - La codicia
Esta tesis es que para curar hay
que emplear no sólo medios físicos, sino que sobre todo es el mismo enfermo
quien debe actuar sobre sí mismo para suprimir la discordancia, el defecto; la
disociación entre lo que el Alma indica y lo que la Mente hace.
Y esa discordancia es curada por
su misma Alma, que con su benevolencia irradia armonía a través de la
personalidad, en cuanto se le deja hacerlo, y así se cura el cuerpo.
La curación debe ser mental y
espiritual: al restablecerse la armonía entre la mente y el alma se erradica la
auténtica causa de la enfermedad, y permite después utilizar los medios físicos
para completar la curación del cuerpo.
La enfermedad corporal (dolores,
sufrimientos) es como la señal que indica que la personalidad o la mente han
desobedecido a la Voluntad divina del Alma; es un aviso para que volvamos a
dejarnos guiar por el Alma, que es nuestro ser verdadero, Poder Divino, Ser
Superior, etc.
El hombre, chispa divina.
Todo hombre, cada hombre lleva
dentro la Chispa Divina, que irá creciendo de modo necesario hasta la
perfección, hasta la gloria del Creador.
Este Creador, a quien llama «Gran
Arquitecto del Universo» parece ser el Todo, la Unidad de la que cada uno es
parte.
No parece haber una distinción
clara entre Dios y el mundo; particularmente entre Dios y las Almas, que son
divinas.
El hombre progresivamente debe
hacerse consciente de su divinidad: esa es su evolución.
Tan pronto Bach entendió haber
completado su obra, inmediatamente comenzó a revisar y escribir dos pequeños
libros: “Cúrese usted mismo” y “Los Doce
curadores y otros remedios” incluyendo sus más recientes descubrimientos.
Entre 1933 y 1936 escribió varios
textos algunos de los cuales fueron presentados en forma de conferencias.
Su contenido está referido a
reflexiones sobre el sentido y destino de la tarea del hombre y a la difusión
del sistema terapéutico floral.
Tales descubrimientos y
conocimientos debían ser divulgados, así luego de publicar sus trabajos hizo
una gira de conferencias en 1936 que abarcó prácticamente todo el país.
Edward Bach
muere en noviembre de 1936 con la certeza de haber cumplido su misión en la
vida encontrando estos treinta y ocho remedios vibracionales
Isabel
Fuentes:
http://www.ferato.com/wiki/index.php/Edward_Bach
http://www.espiritugaia.com/Bach2.htm
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